Si sabemos que la sociedad esta perdiendo la batalla contra la falta de valores en los adolescente, debido a muchos factores, como los mencionamos en paginas anteriores; está la falta de confianza en instituciones sociales que anteriormente estaban muy enfocadas en la consecución de valores, sobre todo la familia.En la actualidad la familia, como núcleo de la sociedad, está muy por debajo de lo que en generaciones anteriores se esperaba de la educación de los padres; ésto se debe en parte o en mucho a las exigencias sociales que piden cada vez más la participación de ambos (padre y madre), en el mercado laboral, toda vez que la necesidad económica es de mejora cada día.
Ahora bien, en ocasiones la familia como instancia social formadora de valores ya no puede controlar, y ha salido de sus manos la formación de estos jóvenes, que llegan a la escuela y sus conductas son muy difíciles, con bajos promedios y con la moral debastada; consecuencia muchas veces de la soledad familiar que les aguarda en casa o bien de la separación de padres, o con la existencia solamente de algunos de los padres... esto es triste, pero lo es aún más cuando están solo y al cuidado de la abuelitas o de los hermanos mayors o de tíos}, etc.
El alumno con esras condiciones está pidiendo a gritos la atención de quienes aparte de los padres de familia, conviven con él y están a cargo de parte de su educación; por lo tanto si las otras instituciones sociales y en especial la familia no están cumpliendo con el compromiso que les corresponde, entonces, mínimo la instancia socializadora como es la escuela debe y tiene el compromiso social de hacer algo con el problema.
Por lo tanto el papel del maestro es crucial en esta formación, puesto que puede ser que seamos lo más cercano a un familiar que el alumno pueda tener, y no olvidemos que la educación es integral: intelectual, social y emocional o actitudinal, entonces los maestros son responsables de formar en verdad generaciones de éxito, tenemos que actuar para mejorar o remediar un poco esta perdida de valores en los adolescentes de nuestro tiempo, debemos apostarle a la labor del maestro, pero de ese maestro comprometido con su labor y convencido de que su trabajo es meramente social y de gran impacto moral en la sociedad con la que ya ha contraido un compromiso desde el momento que entró al mundo de la educación y se contrató en ésta.
